Avui fa un mes que la meva àvia va marxar. Tot fou tan ràpid, que encara ara crec que no en sóc suficientment conscient de tot plegat. Per això m’agradaria retre-li aquest petit homenatge i publicar la carta que vaig llegir-li en el seu funeral. Para ti abuela, estés donde estés, te quiero:
Abuela,
Como querías, nos tienes aquí, a tu lado, despidiéndote. No querías que llorásemos. Querías que hiciéramos una ceremonia sencilla, tal como tú eras. Y lo siento, pero lloramos.
Te has ido como siempre habías deseado. Rápido, indoloro, sin dar trabajo a nadie. Y ahora nos sentimos todos un poco más solos, aunque te llevamos en el corazón y parece que aún ahora estamos oyendo tu voz, y tu risa…
Me acuerdo, cuando de pequeño, me cogías con tus brazos y me ponías en la cama a hacer la siesta. O tantas y tantas veces como agarrabas del brazo a mi abuelo y lo llevabas a pasear, derrotado como estaba por su enfermedad. Tú siempre has sido fuerte, llena de coraje y alegría. Sin ti, él no habría tenido la calidad de vida que tú le ofreciste.
No quisiera alargarme más. Solo quiero darte las gracias por haber estado allí, por haber sido tal y como fuiste, por haberte entregado a nosotros como lo hiciste. Todos los tuyos te queremos y estés donde estés, sabemos que seguirás cuidando de nosotros.
Esto no es un adiós, solo es un hasta pronto.